Francés natural, uno de los mayores placeres sexuales

Francés natural, uno de los mayores placeres sexuales

A finales del siglo XIX se dio en París una circunstancia como poco sorprendente. Dada la amplia proliferación de artistas, pintores y escritores bohemios, el libertinaje se desató en la ciudad. En algunas grandes avenidas empezaron a abrirse bares y restaurantes que incluían espectáculos en vivo. Podían ser musicales, de baile… pero sobre todo, eran atrevidos. Los espectáculos de cabaret tuvieron su era dorada en el cambio de siglo, y a ellos también se les unieron otros lugares donde el sexo era lo  primordial. Los prostíbulos parisinos de finales del siglo XIX no fueron, como muchas veces se afirma, los primeros burdeles europeos. De hecho, en la antigua Grecia y en Roma ya existían casas de citas y manceberías, así que no era algo propio de la modernidad. Pero es cierto que los prostíbulos modernos, tal y como los conocemos hoy en día, tuvieron su germen en aquella época, en la ciudad de la luz.

Aquellos prostíbulos estaban legalizados y eran habitualmente visitados por hombres muy importantes de la ciudad. El sexo de pago no estaba tan mal visto como ahora, y si lo estaba, a aquellos artistas parecía importarles poco. Eran lugares muy bien decorados, elegantes y con unas chicas preciosas que llegaban a la capital francesa desde todos los rincones del planeta. Para darle un toque aún más sofisticado, las madames de los prostíbulos comenzaron a crear expresiones alternativas para los servicios más habituales. El sexo anal, por ejemplo, se llamó griego, basándose en los propios cuadros con escenas de sodomía que se colgaban en las paredes de los burdeles. Y por supuesto, la felación o sexo oral recibió el nombre de francés, tal vez por popularizarse dicho servicio en aquel país. No es que las prostitutas parisinas lo inventaran, pero sí que fueron las primeras en darle más expansión. Además, ellas no tenían más alternativa que realizar el francés natural, porque en aquellos tiempos no había preservativos. Las cosas han cambiado, y hoy ese servicio sigue siendo uno de los predilectos para los hombres, incluso para los que ya lo disfrutan en casa, gracias a su pareja.

Qué significa hacer un francés

Hacer una francés es una expresión que se ha vuelto muy habitual en el mundo del sexo de pago. Deriva precisamente de la época de esplendor de los prostíbulos parisinos, a finales del siglo XIX y principios del XX. La expresión comenzó a utilizarse para evitar decir otras como felación, por ejemplo. Se ha popularizado, en los diferentes idiomas, por todo el mundo, aunque es cierto que fuera del sector de la prostitución apenas se utiliza, tal vez solo en el porno. Es habitual que para hablar de un francés, de manera coloquial nos refiramos a una mamada, o simplemente a sexo oral. Está incluido dentro de los preliminares habituales del sexo en pareja, aunque también puede ser un servicio completo que ofrezca una escort, siendo más económico que la penetración.

Francés natural o con protección

A la hora de realizar el sexo oral, la chica o el chico que lo lleva a cabo puede optar por hacerlo de forma natural o pedir a quien lo recibe que utilice un condón. Esta tendencia del francés con protección se viene dando desde que en las últimas décadas se detectaran varias enfermedades de transmisión sexual que se contagiaban con el sexo oral. Habitualmente se pensaba que este tipo de enfermedades solo podían transmitirse con el contacto sexual, con la penetración o con el sexo anal. Sin embargo, las investigaciones dieron a conocer que el sexo oral puede ser también una vía de contagio. Es por ello que, para evitar contratiempos, muchas veces el francés se realiza con protección, especialmente si estamos pidiéndoselo a una profesional del sexo que tiene muchas parejas cada día.

De ahí que ahora, al sexo oral sin protección se le llame francés natural, por el hecho de que no hay que ponerse nada encima para recibirlo. Es una opción todavía habitual en muchas escenas porno, por ejemplo, y también hay numerosas escorts que ofrecen este servicio, aunque siempre con un extra. De hecho, la mayoría de parejas consolidadas que lo disfrutan suelen llevarlo a cabo de forma natural. Confían el uno en el otro y saben que solo son sexualmente activos entre ellos. De ahí que tengan mayor seguridad para realizar esta práctica de forma natural, que además, se siente mucho mejor tanto para el chico como para la chica. Otras veces, la chica prefiere el condón para disfrutar de un sabor diferente al del pene del chico, por ser este un poco desagradable.

Una de las fantasías masculinas más habituales

Si estás leyendo esto y eres un chico, seguramente estés asintiendo con la cabeza al leer el título del apartado. Y es que el francés suele ser una de esas fantasías que todos los hombres quieren saciar alguna vez en la vida. Los más dichosos tienen parejas, sean chicos o chicas, que disfrutan realizando sexo oral. Es como una bendición, aunque de hecho, no es nada habitual. Tal vez por eso nos resulte tan excitante el poder sentir ese placer a través de los labios de otra persona. El sexo oral puede ser una verdadera experiencia única, pero también bastante incómodo, la verdad, si la chica o el chico no sabe cómo hacerlo en condiciones. Pero tampoco hay que ponerse exigentes.

No es casualidad que el sexo oral sea también una de las formas más habituales para comenzar una escena de porno. Y es que el chico a veces ya viene preparado, pero en otras ocasiones, será la chica la encargada de levantarle “la moral”. Por eso, después de ver tantísimo porno durante tantos años, con esas mamadas espectaculares, uno no puede dejar de desear que algo así le ocurra en la vida real. Y aunque muchas parejas no lo entiendas, y uno también deba saber retribuir a las que hacen el esfuerzo, la opción de acudir a las profesionales siempre suele salir bien…

Las escorts, expertas en el francés

Las prostitutas son las verdaderas abanderadas del francés en nuestros días. Las que lo pusieron de moda hace más de un siglo en la París más bohemia, y las que pueden otorgarnos el placer tan largamente soñado en apenas unos minutos. Porque este servicio es uno de los más habituales entre las escorts profesionales, hasta el punto de ofrecerlo a un precio bastante menor que el coito, para aquellos que buscan un alivio rápido. También para los que no quieren pagar tanto por un rato de placer, y se conforman con el sexo oral, que al ser tan poco habitual, es también mucho más excitante. De hecho, muchos clientes acostumbrados a los coitos con sus parejas escogen a escorts profesionales solo para disfrutar de un francés natural, ya que ese servicio no lo tienen con sus chicas.

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